Uno de los grandes patrimonios de los pirineos es la raza de cabras denominada pirenaica que se desenvuelve por el área del pirineo central de ambos lados de la cordillera y que casi desapareció hace 15 o 20 años como raza en el lado español, conservándose muy a la deriva y alterada genéticamente.
Hoy en día su situación es estable gracias a que, desde hace unos diez años, se ha logrado llevar a un grado de mejora genética bastante aceptable y, sobre todo, a partir del año 2006 que se crea el Libro Genealógico de la Raza Caprina Pirenaica por parte del Gobierno de Aragón.
Los principales censos de población ganadera de esta cabra se han dado en Sobrarbe donde más se ha mantenido esta raza, a pesar de su deriva genética por los sucesivos cruces con otras razas, y de donde se ha partido para su recuperación a partir de 10 ganaderos y 380 cabezas desde el año 2000 cuando se creo la asociación de criadores Aracrapi.
Pensamos, ignorando otros aspectos importantes del tema, que la solución al problema está en reconocer que en Francia la tienen bien conservada y que debiera considerarse la recuperación en España a partir de lo que ellos nos pueden ofrecer como solución a nuestro problema de conservación. Es bastante posible que en un pasado no muy lejano -posiblemente hasta mediados del siglo pasado-, hubo intercambios muy asiduos y corrientes, sobre todo, a través de mercados y ferias entre la vertiente francesa y española de estos ejemplares caprinos.
Por otro lado, hoy en día se puede decir que uno de los reservorios del patrimonio ganadero pirenaico, de ciertas maneras de trabajar y de casi todos los oficios del mundo rural de Europa occidental se encuentran en el sur de Francia. España ya ha perdido casi todo el sabor rural que tenía hasta no hace mucho.
Por otro lado, hoy en día se puede decir que uno de los reservorios del patrimonio ganadero pirenaico, de ciertas maneras de trabajar y de casi todos los oficios del mundo rural de Europa occidental se encuentran en el sur de Francia. España ya ha perdido casi todo el sabor rural que tenía hasta no hace mucho.
Cabras y caballos |
Es natural que en el otro cote, en los valles opuestos a los nuestros, se guarden todavía valores patrimoniales y genéticos, además de costumbres, quehaceres, oficios...que en este lado los hemos olvidado, menospreciado y vilipendiado hasta ahora.
Aquí se ven varios ejemplares de cabra de los pirineos donde predomina una subvariedad del país vasco francés, Zuberoa.